Las emociones, fuente de placer y dolor
Las emociones son una de las fuentes principales de placer, pero también de dolor. Se manifiestan como algo que no está bien en nosotros, y hasta pueden enfermarnos desde el punto de vista psicológico. Esto ocurre cuando las emociones nos sobrepasan y se vuelven destructivas y patológicas. La palabra patología proviene del griego Pathos también traducida como pasión.
De acuerdo con esto vemos que las pasiones están vinculadas a los padecimientos, o dicho de otra forma, quizás aquello que nos apasiona y nos conecta con nuestras emociones es también aquello que nos hace sufrir.
Emoción vs. Control
El ser humano trata de controlar sus emociones justamente porque las emociones actúan fuera de nuestro control y son irracionales. De allí la frase “El corazón tiene razones que la razón ignora”. Debemos proporcionar una educación emocional a los niños desde edades tempranas, para familiarizarlos con la aceptación de la complejidad de las emociones y su manejo. Las diferentes culturas varían en la aceptación o rechazo de ciertas emociones, y por lo general, las sociedades cultas permiten la expresión de las emociones de forma civilizada.
Emociones inconscientes
La Psicología Analítica de C.G. Jung nos enseña lo vital que es para la salud emocional la aceptación de la energía que surge de las emociones inconscientes -frente a las cuales – frecuentemente son inútiles los esfuerzos por dominarlas a través del ego consciente y de la voluntad. Para lograr un equilibrio emocional y mental es necesario profundizar en nosotros mismos para conectarnos con los potenciales auto-curativos de la psique, como quién descubre tesoros escondidos enterrados.
Las emociones: nuestro motor
Las Emociones tienen un interés central para la psicología porque sin duda son de los principales motores que nos impulsan a actuar en la vida. Sentir emociones complejas es lo que nos diferencia de los animales y de los primates superiores.
Darwin fue el primero es describir la expresión facial de las emociones humanas y con ello nos explicó la relación del hombre y de la mujer con sus instintos básicos. La disimilitud entre los animales y los humanos es que los animales tienen instintos, pero no tienen psique, a diferencia de nosotros. Los seres humanos somos capaces de soñar durante el descanso historias largas y complicadas y hasta donde sabemos los animales no.
La función de los sueños es mantener el equilibrio psicológico y emocional, por ello juegan un papel central en las diferentes tendencias del Psicoanálisis.
Al igual que los sueños, las artes también nos permiten conectarnos con nuestro mundo interno: la poesía, la pintura, la música, el teatro y su hijo el séptimo arte, entre muchos otros, son capaces de transportarnos al mundo de las Emociones. Por ejemplo, el cine es capaz de recrear atmósferas emocionales de toda índole y la cualidad específica de un sueño, permitiendo vivir y revivir experiencias emocionales profundas.
La psicoterapia y las artes pueden servir de entrenamiento al proporcionar una educación emocional de la que a menudo carecemos porque simplemente no existe, y activar los recursos internos para aprender a lidiar con las Emociones.
La psicoterapia una forma de conectarnos con nuestras Emociones
Para Jung existen dos tendencias diferentes frente al material que proviene del inconsciente: las personas que orientan su expresión a la creación artística y aquellos que buscan la comprensión de los símbolos que emanan del fondo emocional de la psique. El Análisis Junguiano se encuentra entre éstos últimos ya que busca reflexionar acerca del producto inconsciente. Siendo así debemos diferenciar la psicoterapia del arte a pesar que ambos pueden tener un efecto terapéutico. La psicoterapia tiene como finalidad la creación y desarrollo de la personalidad a través de la reflexión mientras que el objeto de las artes es la creación de belleza estética o conceptual para ser comunicada a otros.
La reflexión acompañada por un profesional es capaz de aportar consuelo y sentido en casos extremos de sufrimiento y a la vez puede amplificar sentimientos que en palabras del mismo Jung van desde de infrarrojo hasta el ultravioleta.
