Sentimiento de rabia, ¿es malo?
La rabia es un sentimiento inherente al ser humano que, aprendiendo estrategias para manejarla adecuadamente, puede ser poderosa y muy positiva. Fisiológicamente se origina en la amígdala (un área del cerebro) que funciona como un almacén de memoria emocional, capaz de generar las respuestas físicas que experimentamos cuando sentimos rabia, como un aumento del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea, y la segregación de adrenalina y noradrenalina.
Este sentimiento es tan poderoso que está presente desde el momento del nacimiento, ya que es utilizado por el bebé para atravesar el canal de parto. La rabia es una energía innata que sigue presente y se manifiesta cuando el recién nacido llora para expresar sus necesidades básicas, y es desde ese momento, y a lo largo de la infancia, la etapa en la que los padres juegan un papel decisivo en la manera cómo se canaliza, se maneja y se acepta en la edad adulta.
Si desde la niñez se reciben mensajes otorgándole una connotación negativa y reforzando mensajes como “la rabia es mala”, o “si te enfadas te castigo”, aprendemos a reprimirla, a ocultarla o a enmascararla.
No existen sentimientos buenos ni malos
La buena noticia es que los prejuicios ante los mal llamados sentimientos “negativos” como la rabia, la frustración o la tristeza están cediendo. Esta afirmación es avalada por investigaciones científicas, como la llevada a cabo en la Universidad Hebrea de Jerusalén, que demuestra que las personas son más felices si son capaces de aceptar el sentimiento que sienten, ya sea rabia, alegría, o culpa.
Otro estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, por el doctor David Label, prueba que lo importante es cómo manejar la carga energética de la rabia, porque bien orientada puede impulsar o motivar para conseguir objetivos y metas en cualquier área de la vida, e inclusive incentivar la creatividad.
Estrategias para manejar la rabia:
1.- Concientiza las señales corporales que la acompañan: aumento de los latidos del corazón y alteración del ritmo de la respiración. En ese punto aún estás a tiempo de controlarla y evitar un arrebato.
2.- Escribir: poner sobre papel los sentimientos que provoca una situación determinada ayuda a verlos y analizarlos más fríamente.
3.- Elimina la mentalidad de ganador/ perdedor: no todo se reduce a ganar o perder, triunfar o fracasar. Es importante relativizar, porque a veces la rabia, o un arrebato de ira, es consecuencia de la frustración que se siente cuando algo no sale como se había planeado.
4.- Autoconocimiento y autoanálisis: si se logra identificar bajo qué situaciones o circunstancias surge la rabia se puede lograr canalizar mejor esa energía.
5.- Enfoca tu atención en algo que neutralice la rabia: de esa manera se activa el neocórtex (zona del cerebro), lo cual te permite pensar sobre lo que te genera la molestia de una manera más analítica, neutra y objetiva.
6.- Analiza la situación: una vez que hayas logrado calmarte, analiza la situación que ha provocado la rabia y toma la decisión que te parezca adecuada.
En Yosiento hemos creado herramientas como la Rueda de Evaluación Emocional, que te permiten identificar con exactitud cuando sientes rabia, para que puedas utilizar su enorme energía de manera útil y provechosa. Además, ofrecemos el «Taller de la rabia» para invitarte a trabajar a profundidad con este sentimiento. ¡Bienvenida la rabia!